Quizais a medida da lectura non debe ser o número de libros lidos, senón o estado en que nos deixan. Que importa se un é culto, está ao día ou leu todos os libros? O que importa é como se anda, como se ve, como se actúa, despois de ler. Se a rúa e as nubes e a existencia dos outros teñen algo que nos dicir. Se ler nos fai, fisicamente, máis reais. Gabriel Zaid
No se defiende que la lectura sea fácil, más bien al contrario, la lectura debe significar descubrimiento, emoción. La lectura tiene que arrastrar al niño o la niña a un esfuerzo por comprender, por desenmascarar misterios. Los buenos libros actúan tensando la cuerda sin que se llegue a romper. Hemos de poner en manos de nuestro alumnado lecturas que propicien el contacto directo con un texto que debe ser recreado, imaginado, vivido, emocionado al fin y al cabo.
La lectura nos sitúa ante un enigma, una adivinanza. En realidad de lo que se trata es de llenar un vacío. La lectura nos entra como entra el aire en los pulmones. El aire no sólo entra y ya está. El aire entra porque en los pulmones hay un vacío y este vacío empuja al aire a entrar. Es este vacío el que hay que llenar, es así como respira la lectura. Hay un vacío que hay que llenar y sólo se puede llenar leyendo. Si no existe la necesidad de conocer, de resolver enigmas, de poco servirá que en casa o en la escuela tratemos de empujar las lecturas hacia adentro.
Sen comentarios
Publicar un comentario